martes, 17 de septiembre de 2013

Cumplimos 70 años



Celebración de los que cumplimos 70 años

 

El pasado día, 10 del presente mes de Agosto, conmemoramos la celebración, ya anunciada,  de todos los que nacimos en 1943 en San Román de Hornija, y este 2013 cumplimos 70 años. Así mismo nos acompañaron todos aquellos que en iguales condiciones cumplen 70 años, aunque no nacieran en San Román, pero si totalmente vinculados al pueblo.

La celebración comenzó a las 12:30 horas con una misa en la Iglesia, donde ya hacía 70 años que fuimos bautizados, oficiada por D, José Castro, nuestro párroco. Al salir de dicha ceremonia nos reunimos los 30 componentes, incluyendo consortes, en la Casa Cultural de nuestro pueblo para tomar un vino y aperitivos. A las 15 horas celebramos una gran comida en un Restaurante de Toro (Zamora).

Hemos de resaltar lo emotivo del acto. Muchos de los participantes, aprovecharon dicho evento para volverse a encontrar con aquellos amigos de la infancia que hace mucho no veían. En una palabra se respiraba un buen ambiente así como muy buena convivencia. Recordamos aquellos años de nuestra infancia. Creo que, como consecuencia de dicho acto, se estrecharon más los lazos de amistad que el tiempo había ido deteriorando. Recordamos a los ya desaparecidos y nos convocamos para volverlo a celebrar,  si Dios quiere, el 2023, que cumpliremos 80 años ¡Que no es nada!  

Iremos agregando a este artículo todo aquello que nos vaya llegando relativo a dicho evento, especialmente fotos del grupo.

 

 

 

CUMPLIMOS 70 AÑOS (Poema)

 

Cumplimos setenta años
y estoy abriendo, despacio,
con gusto y con gran orgullo,
los recuerdos del pasado.

 

En este Agosto rompemos                       
el silencio de otros años,
pues 70 años cumplimos
todos los que aquí estamos.

 

El primer llanto de vida
lo dimos en San Román,
a orillas del río Hornija,
que es nuestro pueblo natal.

 

Nacimos en la posguerra,
sufriendo sus consecuencias,
y nos hicimos muy fuertes,
para soportar más décadas.

 

No existía el agua corriente,
del caño había que traerla,
para lavarnos las manos,
del pozo había que cogerla.

 

Nuestra madre iba a por ella,
el cántaro a la cadera,
casi siempre en la mañana,
la primera en las tareas.

 

Para podernos lavar,
lo hacíamos en palangana
y teníamos buen cuidado
que no se vertiera nada.

 

Usábamos como escusado
de nuestra casa, el corral,
y si se hacía en la cuadra
se arrojaba al muladar.

 

Teníamos que trabajar,
aún siendo muy pequeños,
con el calor del verano,
con el frío del invierno.

 

Los trabajos eran duros,
todos eran en el campo,
y, con mucho sacrificio,
teníamos que soportarlo.

 

En la principal comida
siempre ponían cocido
y, de nuevo al día siguiente,
nos repetían lo mismo.

 

A los jóvenes les digo
que se paren a pensar
todo lo bueno que tienen
que es digno de valorar.

 

Con la mirada al pasado,
nos sorprende hoy la vida
con un valioso presente:
la experiencia conseguida.

 

La juventud quedó atrás,
nuestros hijos ya crecieron
y la ilusión recobramos
con nuestros queridos nietos.

 

Tenemos que recordar
a aquellos que nos dejaron
que naciendo el mismo año
en el camino quedaron.

 

Con el pan de la amistad,
con el vino del cariño,
brindemos en este día
por los setenta cumplidos.

                                                

Alfio Seco Mozo - Agosto de 2013