En este artículo queremos reflejar poemas o cuentos antiguos, que nos llevarán con nostalgia a otras épocas.
MI ABUELO
Cuando era niño
mi abuelo me regalaba
sus costumbres de labriego,
la paz musgosa del invierno
y un volantín para septiembre.
Me enseñó a hallar sonrisas
entre la gente triste
a cantar con los queltehues
un himno a la madrugada;
a correr
por los caminos sin huella
y trepar los columpios
del sauce en el estero.
Mi abuelo me regalaba
solamente
cosas buenas.
LA MANTA DE LOS RECUERDOS
Padre, anoche desperté,
y oí llorar al abuelo.
¿Por qué se nos va de casa,
ahora que está torpe y viejo?
¡Yo no quiero que se marche¡
¡No quiero, padre, no quiero¡
Tampoco yo, hijo mío
mas...........tienes que comprenderlo,
este piso que habitamos
es en extremo pequeño.
En éste cuarto los padres,
en éste, tu hermano Pedro,
esta otra para ti
y el pequeño para el perro.
Dime ahora: ¿Dónde quieres
que pongamos al abuelo?
por eso, le hemos buscado,
para su vejez, un centro.
Y allí estará acompañado,
no nos echará de menos.
Y jugará sus partidas...........
tendrá nuevos compañeros............
que contará las batallas
de la guerra de otros tiempos,
y frío no pasará;
Le he comprado abrigo nuevo,
y aquella manta de lana que guardó como recuerdo,
porque era de su madre
y le tenía mucho aprecio.
Pero.........¡padre¡ ¿Tú has pensado,
ni tan siquiera un momento,
que es otra clase de frío,
por lo que llora el abuelo?
Su frío es, verse aislado,
arrinconado por viejo............
............su frío es la vergüenza
de valer menos que el perro.