El balance del instituto previsor arroja unos activos en negativo por 176
La ministra de Empleo y
Seguridad Social, Fátima Báñez, hablando en un foro dice:
La Seguridad Social acabó el año pasado con su patrimonio neto
en negativo. Después de seis años consecutivos cerrando los ejercicios con
déficit creciente, los números rojos alcanzaban el 31 de diciembre de 2015 los
176 millones, según la cuenta general de la Seguridad Social.
El patrimonio de la Seguridad Social se acercó a los 70.500 millones de euros
al acabar 2010. Ya al final de 2015 todos esos activos acumulados en la época
de bonanza económica se habían quedado en 20.220 millones. Un año después, en
un nuevo ejercicio en que los números rojos del instituto previsor batieron su
propio récord del año anterior, todo ese patrimonio ya se había esfumado. Si se
tratara de una empresa, la Seguridad Social estaría en quiebra. No es el caso.
Le respalda el Estado y, por tanto, no está en riesgo.
Una
prueba de esta falta de peligro es lo sucedido hace ya dos décadas. Entre 1996
y 2002, el patrimonio de la Seguridad Social ya estuvo en terreno negativo.
Llegó a tocar suelo en 1999, cuando se situó en menos 11.003 millones de euros.
Continúa la caída
El
balance patrimonial de la Seguridad Social no es lo mismo que las cuentas
anuales que se presentan todos los años, y que en 2016 arrojaron un déficit de
unos 18.600 millones. Aunque evidentemente entre ambas formas de contabilizar
la situación del instituto previsor hay una estrecha conexión. El hundimiento
del empleo, la devaluación salarial y el incremento constante del gasto en
pensiones explican esta situación, que con total certeza se gravará al final
de este año.
La
mengua del patrimonio de la Seguridad Social ha corrido en paralelo a la
reducción del Fondo de Reserva. En la hucha de las pensiones a finales de 2016
todavía se acumulaban unos 15.020 millones, una cantidad muy inferior a los
casi 70.000 que llegó a tener antes de que comenzara a consumirse a finales de
2012. El remanente también será menos al acabar el año, ya que el Ministerio de
Empleo habrá utilizado parte de ese dinero para pagar parte de las
extraordinarias de verano y Navidad.