domingo, 6 de febrero de 2011

LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA SABER SER MAYOR

Diez mandamientos para saber a ser mayor


1_. Cuidaras tu presentación día a día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Que más fiesta que la vida! El baño diario, el peinado, la ropa, todo atractivo, oliendo a limpio, a buen gusto. El buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que al verte se alegren tu espejo y los ojos de los demás.

2._ No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. “El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece”.

3._ Amarás el ejercicio como a ti mismo. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las plantas, contestar el teléfono, baila aunque estés solo, haz cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón. “Contra pereza diligencia”.

4._ Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado, la cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pases: ¡Qué derecho el señor! ¡Qué guapa la señora!. Recuerda: Las canas .. ¡se tiñen! y las arrugas … se disimulan con una amplia sonrisa! Pero el arrastrar los pies … eso si es signo de vejez.

5._ No hablarás de tu edad ni te quejarás de tus achaques, reales e imaginarios … Acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten ¿Cómo estás? Responderás que: ¡Muy bien! ¡Divinamente!

6._ Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Se positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable con los ademanes. No seas un viejo amargado. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años, sino un estado de ánimo. “El corazón no envejece”, “el cuero es el que se arruga”.

7._ Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate a ti mismo hasta donde te sea posible. Ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás, dejarás de estar pensando en un “yo” angustioso y solitario. Sólo cuando se abre la nuez, aparece su almendra.

8._ Trabajarás con tus manos y con tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Haz algo, lo que sea y lo que puedas. Una ocupación artesanal, un rato de lectura, un trozo amable de televisión, la música. La bendición del trabajo es medicina para todos los males y si ya estás jubilado, ocúpate de actividades de servicio: los hospitales, asilos, iglesias, comedores sociales etc. siempre necesitan de manos que ayuden.

9._ Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego, las que se anudan en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Convive, pero sin inmiscuirte en la vida de los demás, a menos que expresamente te pidan un consejo, recuerda: “Ver, oír y callar “.

10._ No pensarás que todo el tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No digas a cada palabra: “las cosas están mal, allá en mi tiempo …“, ”recuerdo que antes”. No vivas de recuerdos, mira hacia el futuro con alegría. Ponte nuevas metas, haz planes, sueña … ¡ Positivo siempre, negativo jamás!. Toda persona debería ser como la Luna: destinada a dar luz… y como el Sol siempre dando calor.