En España, 1 de cada 5 euros de gasto público se destinan al pago
de pensiones, que ya representan el 20% del presupuesto del
gasto público, superando al 20,2% de la media europea. En términos
nominales, las pensiones se han incrementado en 40.000 millones, suponiendo un
déficit para las cuentas públicas que han obligado al Estado a tomar medidas
extraordinarias para afrontar su pago a través del Tesoro Público.Las pensiones
no solo se enfrentan a la imposibilidad de nuevas revalorizaciones dentro de la
capacidad presupuestaria, sino a una muy latente amenaza a la sostenibilidad
y la garantía de las mismas. El sistema está colapsado y a la espera
del abordaje político.
Los que han seguido la campaña electoral, habrán visto cómo el único debate
acerca de las pensiones durante todos estos meses ha sido el de revalorizar las
pensiones a los pensionistas, así como garantizar futuras revalorizaciones
acorde con la evolución del Indice de Precios de Consumo (IPC). Sin embargo,
poco se ha debatido sobre la situación que atraviesa el sistema, el déficit
que soporta dicho sistema, así como las necesidades que debe afrontar.
De acuerdo con las cuentas del Estado, España está afrontando el pago
de las pensiones con deuda. En otras palabras y para hacernos una idea, 150
euros de cada pensión que cobran los españoles jubilados se están teniendo que
pagar con deuda pública. Una situación que con unos niveles de deuda pública
del 97% sobre nuestro PIB, y ante la amenaza que supone el
deterioro de la situación, debería preocupar mucho más a nuestra clase
política, la cual se muestra bastante tranquila, a la vez de utópica, con la
situación de las pensiones.
En el último año, el gasto de la Seguridad Social en pensione ha
crecido el doble que los ingresos. España es de esos países que gasta
más que la media en pensiones, con una tasa de sustitución del 83%, pero que,
por otro lado, también se encuentra por debajo de la media en materia de
recaudación. Esto ha provocado un agujero en las cuentas del estado, soportando
un déficit estructural que no solo dificulta el pago futuro de las pensiones,
sino que, visto de otra perspectiva, está comprometiendo el futuro de las
pensiones en España.
Y es que, mientras cerramos el 2019 con una tasa de dependencia -relación
entre número de cotizantes por número de pensionistas, de 2,33, se espera que,
para 2050, y en referencia a las perspectivas del servicio de estudios de BBVA,
BBVA Research, España llegue a la paridad en materia de relación entre
jubilados y cotizantes.
En este escenario, el número de pensionistas por cotizantes sería de 1-1,
lo que complicaría y haría imposible el pago de las pensiones por parte del
estado sin la necesidad de afrontar deuda y un excesivo incremento de la
presión fiscal a toda la población activa en el país. Una situación a la que
llegaríamos por la imposibilidad de retomar las conversaciones del Pacto de
Toledo. La situación de las pensiones representa una de las principales
amenazas para la sostenibilidad financiera del país.