viernes, 31 de octubre de 2014

El viaje en el tren de la vida



EL TREN DE LA VIDA


Hace algún tiempo atrás, leí un libro que comparaba la vida con un viaje de tren. La vida no es más que un viaje de tren; repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profundas tristezas en otros.

Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres. No obstante esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros: Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.


De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo. otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje... Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.


Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente... Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.


Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes no son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro.

Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos.... No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos.

Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor de ellos.

Recodemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos... Ya que nosotros también titubearemos muchas veces, y habrá alguien que nos comprenda.



El gran misterio, al fin, es que no sabremos en que estación bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.


Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia... Creo que sí. Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza, de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.


Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.

Amigo mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila, que haya valido la pena.


Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan.

A ti, que eres parte de mi tren, te deseo un...


¡¡¡Feliz viaje!!!

lunes, 6 de octubre de 2014

De jubilados a ciberestudiantes





 Interés por aprender del jubilado


El camino de ser jubilado a convertirse en un ciberestudiante no es tan tortuoso como podría parecer. “Los alumnos senior son mayores de 55 años, la mayoría suelen ser mujeres jubiladas que desean seguir formándose. No les cuesta aprender, lo desean y están muy motivados. Si bien es cierto que el ritmo de aprendizaje, en general, es más lento que el del alumno joven”, indica Gloria Pérez Serrano, directora de la UNED Senior.
De hecho este camino está cada vez está más concurrido. Dos factores favorecen que estas personas –en los cursos online se les llama seniors en lugar del habitual adultos mayores o tercera edad- vuelvan a clases. Por un lado, la accesibilidad al conocimiento que han proporcionado las herramientas y tecnologías de Internet, y por otro, la evidencia científica de que aprender cosas nuevas es saludable para las neuronas envejecidas, y de la condición elástica del cerebro, capaz de aprender en cualquier edad de la vida.
Pero no son solo biológicas las ventajas, estudiar en la tercera edad integra al adulto en una nueva red social que le permite escapar de su rutina diaria. El nuevo estudiante probablemente hará amigos e incorporará nuevas actividades y hábitos a su vida.
Según una encuesta del Instituto Universitario Gerontológico de Yucatán (México) que preguntó a más de mil personas qué significaba estudiar para ellos, la mayoría de los adultos mayores se apuntan a un curso porque para ellos supone “superar la obsolescencia”. Ante un mundo dominado por el continuo cambio que traen las nuevas tecnologías, las personas mayores necesitan sentir que siguen integrados y de alguna manera en el ruedo. En este sentido, dominar algunas herramientas como puede ser un idioma o un programa informático les hace sentir útiles. Esta investigación del centro mexicano siguió la evolución de las personas mayores matriculadas a un curso y observó cómo iba cambiando su estado de ánimo, su vida social y hasta su modo de vestir. Incluso la investigación detectó que los alumnos empezaban a pedir a sus hijos más tiempo libre, empezaban a decir aquello de "no me traigas a los nietos todos los días".



Volver a estudiar supone para muchos mayores recuperar su autonomía e independencia y el disfrute de su tiempo y de antiguos y nuevos amigos. “Cuando aprenden cosas nuevas, se abren sus horizontes, se relacionan con personas con intereses similares y se mantiene la mente activa. En esta etapa de la vida se pone más que nunca de manifiesto aquello de que “si dejamos de aprender, dejamos de vivir”, señala Pérez Serrano.
 Según explica el experto en e-learning de la UOC Albert Sangrà las investigaciones de la enseñanza online sobre cómo aprenden los adultos están muy avanzadas y hoy se diseñan cursos específicos que se adaptan a las características del alumno de más de 55 años. “No es lo mismo enseñar a personas que han estudiado de jóvenes y tienen terminada una carrera universitaria que a alguien que no pudo estudiar en su día. No es solo la edad lo que cuenta, también pesan y mucho, los conocimientos y el nivel previo de formación”.
Según Sangrá en esta edad más que en ninguna otra los diseñadores deben sacar partido a la personalización que permiten las herramientas de los cursos online. “Hay personas que aprenden más rápido que otras o que tienen una formación determinada y diferente a las del resto de los alumnos. Hay que hacer un traje a medida para los estudiantes mayores”.
 Uno de los mitos del aprendizaje en Internet de personas mayores asegura que a ciertas edades hay menos dominio de las herramientas informáticas y de las redes sociales y que esto dificulta la formación. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con esta teoría. “Los alumnos mayores en general dominan bien Internet y los recursos tecnológicos, aunque es cierto que algunos se matriculan en informática para aprender. Los programas son flexibles y se adaptan a sus necesidades”, dice la directora de UNED Senior. Por su parte a Sangrà, de la UOC, no le gustan las comparaciones entre jóvenes y mayores en cuanto al uso de Internet. “Hay que relativizar: puede ser que los jóvenes usen mejor las redes sociales y los dispositivos electrónicos pero no saben estudiar y aprender on line. En estos cursos buscamos generar procesos de alto nivel de pensamiento que no tienen nada que ver con habilidades para usar un programa u otro”.
Las preferencias académicas de las personas que tras toda una vida de trabajo vuelven a coger los libros o el ordenador, en el caso de la enseñanza on line, es muy variada. “Los alumnos jubilados prefieren aprender cosas nuevas y actualizarse en conocimientos culturales, políticos, económicos, sociales, de salud, desarrollo personal, etcétera. Insertan estos conocimientos en los que ya poseen, lo que contribuye a potenciar su aprendizaje. Las asignaturas que más les interesan son: Tertulias literarias, Estimulación cognitiva, Música, Patrimonio Artístico… Les gusta conocer su entorno cultural desde la perspectiva de un experto”, dice la directora de UNED senior. Quizás por eso en este grupo de edad los cursos que combinan el aprendizaje en Internet con visitas culturales tengan mucho éxito, pues potencian su conocimiento de la zona y enriquecen las relaciones interpersonales.
Regina se dispone a empezar su curso de italiano. “Estoy como un niño con zapatos nuevos”, dice mientras enseña el ordenador que acaba de regalarle su hijo para la ocasión. Es posible que nunca consiga un italiano impecable, sin acento. Pero a estas alturas eso le parece lo menos importante. “Aspiro a comunicarme en mi próximo viaje a Roma. ¿Cuándo vas a Roma? –pregunto. “Ah, ni idea. Solo es una excusa para volver a estudiar: Arrivederci Roma”, dice muerta de la risa.

sábado, 26 de julio de 2014

Claves para una jubilación feliz.




Una jubilación feliz



Es una etapa de cambios que requiere entre seis meses y un año de adaptación.

  • El aumento de la edad de jubilación no repercutirá más sobre la salud.

"Como una caída del caballo". Así define el psicólogo Miguel Silveira la jubilación, ahora en boca de todos por la reforma de las pensiones, que contempla elevar la edad de jubilarse a los 67 años -a no ser que a los 65 la persona ya lleve 38,5 años cotizados-. "Después de estar toda una vida en un trabajo (el caballo) llega el momento de dejarlo (la caída) y cambiar de actividad. No es fácil para nadie", reconoce este experto, del Colegio de Psicólogos de Asturias para quien, "el aumento de la edad no tendrá mayor repercusión sobre el estado de ánimo o la salud porque son otras variables las que más afectan".  

La jubilación es un periodo de cambio brusco que afecta a muchas esferas: la económica, la del ocio, las relaciones personales, etc. "Requiere un tiempo de adaptación, que puede oscilar entre seis meses y un año", explica la psicóloga María Dolores Ortiz, que afirma que "es un momento de riesgos, pero también de oportunidades".

Ambos expertos señalan que la forma en la que alguien afrontará la jubilación depende de muchos factores individuales pero, en general, se puede afirmar que "los hombres lo llevan bastante peor que las mujeres, porque ellas están más acostumbradas a hacer muchas cosas y a compaginar su empleo con otras actividades, por lo que esta etapa no les resulta tan dura", indica Silveira. Luego, depende de "si la persona tiene aficiones, del grado de voluntariedad que ha habido a la hora de jubilarse (una prejubilación forzosa siempre es más dolorosa), del tipo de trabajo y de la mentalización de cada uno", explican.

"Quién ha vivido por y para trabajar se deprimirá más que quienes no han centrado por completo su vida en el trabajo. Pero todos ellos tienen que adaptarse a dejar de vivir detrás de un reloj. A partir de entonces, van a tener todo el tiempo del mundo y deben decidir cómo llenarlo", destacan. Asimismo, "no es igual quien realiza un trabajo físico, que a lo mejor está deseando abandonar porque ya se siente cansado, que quién realiza un trabajo intelectual, que puede llegar a su plenitud y la máxima sabiduría justo cuando tiene que irse", señala María Dolores Ortiz, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Hay una cuestión a la que también se tienen que enfrentar los jubilados y que no piensan de antemano. El cambio que va a experimentar su relación de pareja. "Deben aprender a convivir de nuevo. Construir otra vez una vida juntos. Y esto es un gran reto", reconoce Ortiz.

Aunque no es demasiado frecuente, los jubilados tienen más riesgo de sufrir depresión, sobre todo en el primer año de inactividad. "No sentirse útiles o el hecho de que esta nueva etapa no sea como la habían planeado, que no cumpla sus expectativas, puede crear un cuadro depresivo", argumenta la experta.


Consejos para sobrellevar la jubilación:

Sin embargo, existen algunos 'trucos' para sobrellevar mejor esta etapa que, en algunas ocasiones, puede convertirse en la mejor de la vida. Lo primero que recomiendan los psicólogos es "estar mentalizado para cuando llegue el momento.

Preparar la jubilación con tiempo y pensar qué actividades le gustaría realizar. Incluso probarlas antes de dar el paso". Para esta fase pueden ser muy útiles "los cursos de preparación o asesoramiento a la jubilación, que ya han dado buenos resultados en determinados contextos y han sido contratados, entre otros, por algunos Ayuntamientos", recomienda Ortiz.

En segundo lugar "es fundamental mantenerse activo". Algo en lo que, por ejemplo, lleva insistiendo mucho tiempo el cardiólogo Valentín Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai (EEUU), que no se cansa de repetir que "las personas que tengan salud y plenas facultades deben seguir activos una vez que se jubilen". Una gimnasia adaptada a esa edad es fundamental.

Clases de pintura, "es un hobby muy extendido entre nuestra generación. Somos pintores frustrados"; apuntarse a un gimnasio, salir a pasear, visitar museos, cocinar o lo que cada cual prefiera. "Lo importante es no quedarse en casa sin hacer nada", dice Silveira.

La tercera recomendación es: "Si no se sabe a qué dedicar el tiempo, utilice la vía de ayudar a los demás. Poner al servicio de otros los conocimientos adquiridos durante la vida laboral o realizar algún tipo de voluntariado. Esto ayuda mucho", dicen. Y, por último: "cultivar las relaciones sociales, retomar amistades y quedar con ellas".

Como afirma la doctora Ortiz: "Jubilarse del trabajo no quiere decir jubilarse de la vida".

viernes, 16 de mayo de 2014

La buena relación entre abuelos y nietos consigue un beneficio psicológico mutuo



Relación abuelos nietos



La relación abuelos/nietos es muy importante, puesto que es bien conocido el trascendente papel que juegan los abuelos y los menores en la familia. La ciencia confirma ahora la necesidad de fomentar estas relaciones en beneficios de todos, puesto que los efectos psicológicos beneficiosos son reales y mensurables.

La relación con sus abuelos es un bálsamo para los nietos pero también para los propios abuelos. En una sociedad como la de hoy, en la que cada vez más veces padre y madre trabajan fuera del hogar, la ciencia ha observado que los abuelos que tienen una estrecha relación con sus nietos suelen padecer menos depresiones.  Lo han observado investigadores en un estudio del Instituto sobre el Envejecimiento de la Universidad de Boston. El estudio va a ser presentado en la 108 reunión anual de la Asociación Americana de Sociología; los expertos estudiaron a 376 abuelos de unos 77 años y 340 nietos de 31 años.
Los resultados de la investigación, asimismo, han mostrado que los nietos también se benefician psicológicamente de la relación con sus abuelos, influyéndoles en su bienestar psicológico hasta bien entrada la edad adulta.
Eso sí, siempre y cuando los abuelos no se sientan dependientes en esta relación. Es decir, el mismo trabajo ha constatado que cuando los nietos ayudan a los abuelos a ir a comprar, en las tareas domésticas o realizan funciones de asesoramiento, los mayores se sienten peor e, incluso, incrementan los síntomas depresivos.

Los investigadores han denominado a este tipo de relación “apoyo tangible” o solidaridad funcional o instrumental. En este sentido, se cumpliría aquél dicho de la sabiduría popular de “es mejor dar que recibir”, como comentan los científicos que han participado en la investigación. Los abuelos esperan poder ayudar a sus nietos, incluso cuando ya han crecido, y es frustrante y deprimente para ellos que esta relación se desarrolle al revés, es decir, que sea el nieto o nieta quien deba hacerse cargo de ellos.

Los investigadores creen que los esfuerzos por fortalecer a las familias no deberían centrarse tan sólo en la familia nuclear o en aquellas con niños pequeños. Al contrario, deberían ampliarse a los roles de abuelos y nietos, porque estas relaciones también tienen funciones importantes durante la edad adulta.


Construir una relación saludable


Para muchos que acaban de tener un bebé, la presencia de los abuelos es un consuelo y un desahogo. Sus obligaciones están en un plan secundario y son dependientes de la potestad de los padres del bebé. Pero más allá de esta “asistencia práctica”, hay que tener en cuenta lo dicho más arriba y que la relación entre abuelos y netos es siempre muy enriquecedora para ambos lados.

En general (siempre dependerá de la forma de ser de los abuelos) se genera una relación cariñosa, mimosa, y los abuelos sienten un placer inmenso cuando pueden estar con los nietos. Es una forma de renovarse a nivel personal, de tener más participación en la familia, de sentirse más jóvenes y actualizados. La tarea de educar recae, lógicamente y en la mayor parte de los casos, en los padres. Los abuelos pueden centrarse en dar cariño, echar una mano de vez en cuando y pasar un buen rato con sus nietos.

El valor de los abuelos en la vida de los niños es grandioso. Nugartein y Weinstein indicaron en los años 60 cinco estilos de ser abuelo/a (no todo el mundo está de acuerdo): comportamiento rígido y tradicional (autoritarios), búsqueda de diversión (relajados y no autoritarios), subrogados (asunción de responsabilidades y cuidados de los nietos/as todos los días), reserva de sabiduría (información sobre raíces familiares, guardianes de la historia familiar), y abuelos distantes (que rara vez ven a los nietos). Todos acostumbran a tener un poco de todo, y en general pueden aportar mucho:

-Pueden contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar (ayudar en la comunicación padre/hijos, por ejemplo).

-Pueden cuidar de los niños cuando los padres no pueden hacerlo. Esto es muy importante para los abuelos, porque se sienten más útiles, más considerados y más valorados. Esto influye directamente en su felicidad, como es lógico.

-Pueden transmitir valores familiares y mantener el vínculo entre las generaciones. Las historias que cuentan los abuelos sobre la vida de sus hijos (o sea, los padres) cuando ellos eran también eran niños gustan mucho en la infancia, y contribuyen en el desarrollo psicológico de los más pequeños. Asimismo, hacen que el niño o niña tenga un sentido de continuidad de la familia, que acepte que sus padres son humanos (¡mi padre o madre también hacía travesuras!) y, por lo tanto, facilitan la identificación de los niños con sus progenitores.

-Pueden aprender con sus nietos, acercándose más a las nuevas generaciones. Aprender a usar el ordenador, por ejemplo. Este es otro elemento que puede influir directamente en su sentimiento de ser útiles y en sus niveles de felicidad.

-Pueden parar el tiempo. Cuando los niños pasan la tarde en casa de los abuelos pueden “alejarse de todo”, de la
vorágine y la espiral de aceleración diarias. En casa de los abuelos, el nieto o nieta puede expandirse y recibir el tratamiento cariñoso del niño que realmente es. O, sencillamente, recibe atención, tiempo, tiempo para conversar, para escuchar y para jugar.

Para una relación saludable con los nietos, es muy importante establecer unos límites entre padres y abuelos, para el bien de todos.


Abuelos paternos y maternos

Un estudio de 2000 publicado en la revista Anuario de Psicología revelaba curiosos datos:

  • Los abuelos y abuelas de más edad representan sobre todo papeles conciliadores.
  • Los chicos ven a sus abuelos de forma más distante, mientras que las chicas informan de una más fuerte relación.
  • Mientras que los abuelos proporcionan conocimiento de la vejez y del pasado familiar (algo confirmado ya en otras investigaciones), las abuelas ejercen como cuidadoras y se encuentran más cerca de la realidad cotidiana.
  • Los abuelos de la línea paterna se ven como figuras distantes, mientras que a los abuelos y abuelas de la línea materna se les percibe como representando una gran variedad de roles positivos en la vida de los adolescentes.

domingo, 30 de marzo de 2014

España, entre los cinco mejores países del mundo para jubilarse



Preferencias para residir como jubilado:


Panamá, Ecuador, Malasia, Costa Rica y España. En estos países elegirían pasar sus últimos años los jubilados estadounidenses y canadienses consultados por International Living.com, la web que desde hace dos décadas elabora la lista de los destinos ideales para retirarse, y de la cual se hace eco la revista Forbes.
Para elaborar el índice anual Global Retirement 2014 se ha consultado a los jubilados sobre aspectos que van desde el precio de los alimentos hasta la temperatura promedio de los países en los que se han retirado. Entre una lista de cien países, en los que destacan los hispanos y Estados del sudeste asiático, España ocupa el quinto lugar —con una puntuación de 85,8 sobre 100— por delante de vecinos europeos como Malta (en octavo lugar), Italia (14) y Portugal (15). Destino estrella en Europa.

El informe señala a España como el destino estrella europeo debido a que la situación de crisis ha bajado los precios convirtiendo las casas en el país en una "ganga" tanto para comprar como para alquilar. La crisis ha bajado los precios convirtiendo a España en uno de los destinos más baratos del continente Con los precios más competitivos a nivel europeo, la web habla de la posibilidad de encontrar viviendas a precios "de hace una década" con casas en la costa mediterránea por 150.000 dólares (unos 110.000 euros) y alquileres en zonas turísticas de playa como Alicante o Málaga por precios que apenas superan los 500 dólares (unos 370 euros) mensuales.
La amplia oferta de mercados y comercios en los que comprar productos locales a buen precio que permiten llevar una dieta mediterránea saludable es otro de los aspectos que destaca el informe. "Los gastos del día a día pueden ser bajos hasta el punto de que no llegues a gastar más de 150 dólares (unos 110 euros) al mes", explica el artículo.
Haciendo hincapié en la alimentación sana, la web destaca la facilidad de encontrar fruta, verdura, carne y pescado baratos y de calidad en cualquier punto del país, y no se olvida de mencionar el aceite de oliva y el vino de producción propia. Un país cálido y sociable El clima cálido es otra de las bazas españolas para atraer jubilados extranjeros así como la red nacional de transportes o el sistema sanitario.

El artículo destaca la sanidad española, pública y privada, alabando la calidad de la misma y la abundancia de hospitales, "cercanos incluso a las zonas rurales". Finalmente, atendiendo a la facilidad para la integración y la adaptación, según los encuestados uno de los motivos principales que mueven a los extranjeros a retirarse en España es la amabilidad de la gente y el estilo de vida de los ciudadanos. "A los españoles les gusta disfrutar de la vida y valoran mucho sus  relaciones con los amigos y la familia".