domingo, 13 de octubre de 2013

EL OTOÑO DE LA VIDA



 Alabanza de la Madurez


Un exhorto para disfrutar de los

mejores años de nuestra existencia

(No apto para menores de 50 años)


¡Adiós a la Juventud!


Indudablemente la juventud es una edad dorada

y recordada siempre con nostalgia. Es una breve época

inolvidable, romántica, vibrante, emotiva y feliz.


..hay que reconocer que esa misma juventud

tan alabada, tan cantada y suspirada, de negros nubarrones,

muchas veces de privaciones y nunca exenta de incertidumbres,

celos zozobras, competencias, temores, rivalidades y ansiedades.


= EL GRAN CAMBIO =


Afortunadamente tanto en la naturaleza como

en los seres humanos, “después de la tempestad

viene la calma.” Y quizá lo mejor de la

juventud… es que ya pasó.


El cauce se transforma en una corriente

de paz que se mueve lentamente, casi

sin sentirlo, hacia esa infinita grandeza,

profunda e inconmensurable, que es el

final de todos los viajes y adonde van

a parar todos los ríos: el mar.

Esta etapa queridos amigos,

es la MADUREZ.

¡Pues que sea bienvenida!


Veamos: la madurez no es exactamente el mediodía

de la vida, ni la tarde, ni la noche. Más bien yo diría

que ese im preciso momento que llega sigiloso con

las primeras horas del día, abarcando esos instantes

brumosos y volátiles   que se disuelven poco a poco al

ser tocados por los emergentes rayos del sol:

LA MADRUGADA


Y algo extraordinario:

Ahora no nos inquietan las modas ni los cambios que

experimentan las nuevas generaciones, ni nos mortifican

ni afectan las nuevas corrientes o costumbres, pues nosotros

no estamos obligados a cambiar ni a iniciar nuevas modalidades.


Nuestra edad es ya suficiente justificación para

Mantenernos al margen, aunque sin desentendernos

De lo básico y esencial


Al llegar a la madurez cesan las dudas y las

Incertidumbres. Ya no es necesario hacer tareas ni

Desvelarse estudiando, correr tras el autobús por las

mañanas, presentar agobiantes exámenes, paseara la

novia o preocuparse por conseguir empleo.


Definitivamente lo que íbamos a ser, ya lo somos.

Y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos… ni lo

seremos. No a estas alturas. De eso no hay duda.

¿Entonces para que preocuparse?


Para los que cruzamos la frontera y estamos al otro lado,

colocados sobre esta amplia, tranquila y bien ventilada

terraza, ya no hay carreras, nerviosismo, competencias,

prisas, luchas ni duelos a muerte. Nuestro sitio está en el

tendido, no en el ruedo. O por lo menos, detrás de la barrera.


Hoy es aquel futuro del cual

Estábamos tan temerosos AYER.

Y ya ven, todo salió bien.

Después de todo… ¡aquí estamos!


La conclusión entonces es que, como en la madurez ya no

Hacemos planes a largo plazo (ni debemos), es necesario que

se empiecen a ver ya los resultados de todo aquello para

lo que trabajamos, planeamos, ahorramos

y nos preparamos a lo largo de la vida.


El futuro ya está aquí

¡El tiempo apremia!


De manera que ya no esperen más. Mientras gocen de relativa

salud y puedan moverse fácilmente todavía; mientras puedan

comer y beber de todo y disfrutar de los atractivos de la vida,

aprovéchenlos. Abran ya sus botellas de coñac francés y usen sus

vajillas de Baviera y sus cubiertos de plata, pues ¿para cuándo los

están guardando? Podría meterse un ladrón y vaciarles la casa,

¿de qué les sirvió haber guardado todo por tanto tiempo?


Que no tengamos que decir después:

“Qué temprano se nos hizo tarde”


Y si estuvieran haciendo planes toda la vida para

Realizar algún viaje a Europa, a las Cataratas del

Iguazú, a Haway, a Alaska, a China o a la

Patagonia, pues antes de que otra cosa

suceda, como una devaluación,

una operación repentina

o un infarto…


¡VÁYANSE YA!


¡Qué esperan!


Vida: nada me debes.

Vida: nada te debo.

Vida: estamos en paz.”



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