La población española
sigue envejeciendo a marchas forzadas mientras la masa laboral no deja de caer
y el futuro de las pensiones vira hacia negro. Sólo en un año, la
esperanza de vida creció seis meses, tomando como referencia 2013.
Es más, en los últimos
10 años, la esperanza de vida de los españoles, medida desde el nacimiento,
creció hasta los 82,8 años, esto es, 3,1 años más que en 2003. Según los
últimos datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre las
tasas de mortalidad de la población, las mujeres elevaron esa esperanza de vida
hasta los 85,6 años, es decir, 2,6 años más que en 2003. En cuanto a los
hombres, éstos alcanzan ya los 79,7 años, esto es, 3,5 años más que hace 10.
Esto significa que aumentó
más la presión sobre el sistema público de pensiones, ya que es en las
edades superiores a los 65 años, a partir de cuando se produce la jubilación
legal, donde también se acentúa el crecimiento de las posibilidades de
supervivencia. Dicho esto, conviene recordar que la formación política Podemos
es una de las que defiende retrasar la edad de jubilación, lo que perjudicaría
la hucha de las pensiones.
El problema es que el
número de españoles sólo tiene un crecimiento vegetativo -unas 2.000
personas en el primer semestre de 2014 frente a las 7.000 de un año antes-. El
motivo no es otro que el retorno de extranjeros a sus países de origen, además
de la salida de jóvenes españoles en busca de oportunidades laborales como
consecuencia de la crisis. Los nacimientos, sobre todo de extranjeros,
crecieron un 1%, mientras que las defunciones aumentaron un 3,5%.
Más longevos
Según estas cifras, si
hace 10 años los mayores de 65 años vivían una media de 8,3 años más, ahora
consiguen vivir 10,8 más. Se trata de una media de 36 años más, hasta los
100. Eso quiere decir que la esperanza de vida es mucho mayor cuanto más cerca
se está de los 65 años y que se va reduciendo cuanto más longevidad se alcanza.
Por ejemplo, esa
esperanza de vida, que sigue aumentando, es ahora de 21,1 años a los 65, cuando
en 2003 era de 18,9. A partir de los 70 años de edad, las posibilidades de
cumplir más años se acerca a los 17, pero hace 10 años era de dos años menos
(15 años). Aunque las cifras van decreciendo, a partir de los 80 años, la media
de años de esperanza de vida está por debajo de los 10. En 2003, en cambio, se
situaba en el entorno de los ocho años.
Las tablas del INE
señalan que con 90 años se puede vivir ahora casi cinco más, pero hace 10 años
esa cifra no llegaba a los cuatro años. Y, curiosamente, con 100 o más años, si
en 2003 se podía vivir dos años más, ahora se pueden cumplir otros 3,2 años.
Es en estos tramos de
edad más elevados donde se observa que repuntó la longevidad por encima de los
seis meses por año. Por ejemplo, en 2012, la esperanza de vida entre quienes
tenían más de 70 años era de 16,5 años; de 9,4 años a partir de 80; de 4,5 a
partir de 90; y de 2,8 a partir de 100 años.
La evidencia del
envejecimiento de la población la proporciona también su estructura por tramos
de edad. Así, con datos de 2014, sucede que el 18,12% de la población total
española ya ha cumplido los 65 años. Hace un año ese porcentaje era del 17,6%,
medio punto menos, y en 2003 la cifra era de 16,9%.
En este dato influye
obviamente la salida de cohortes hacia el exterior y la caída de la natalidad.
Lo que significa que hay menos masa laboral que puede cotizar (y pagar
impuestos), como lo demuestra otro dato interesante. El índice de
envejecimiento de la población, un cociente que mide las personas con más de 65
años con respecto a los jóvenes de menos de 16 años (edad laboral), alcanzó el
112,3% en 2014 frente al 109,5% de 2013. Es decir, subió de golpe tres puntos,
algo que no sucedía desde la crisis de los 90. Todo esto significa que ahora
hay 112 personas mayores de 65 años por cada 100 que se encuentran por debajo
de los 16 años y que podrían tener acceso al mercado laboral. Es decir, no hay
apenas reposición de pasivos con nuevos activos futuros.
Los datos aportados
por el Gobierno en una respuesta al grupo socialista en el Congreso de los
Diputados advierten de que el 40,7% de los parados no cobra prestación por
desempleo, esto es, una tasa superior en más de 10 puntos a la que se registró
en 2011, cuando ese porcentaje fue de un 30,5%.
Es más, la tasa de
cobertura de las prestaciones por desempleo descendió del 69,5% en diciembre de
2011 al 59,3% el pasado mes de septiembre. En 2012, la tasa era del 71,3% y en
2013 del 66,1%, según esos mismos datos, recogidos por Efe. Las comunidades
autónomas que presentan una menor tasa de cobertura son La Rioja (50%) y País
Vasco (51,7%), en tanto que las más altas corresponden a Baleares (79,5%) y
Extremadura (65,7 %).
«Con Rajoy hay más
paro y menos cobertura», denunció, ayer, el secretario general del grupo
socialista en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, que pidió ampliar la
protección a los desempleados.
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