Elaborado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Este
documento expone en diez puntos algunas evidencias… no siempre evidentes:
➤ 1. El alto envejecimiento de la población
española es un logro histórico. El envejecimiento de un país es consecuencia de
su progreso. España es un ejemplo y debemos felicitarnos por ello. En ningún
caso este envejecimiento debe presentarse como una carga o problema.
➤ 2. Toda persona mayor debe sentirse orgullosa por
haber llegado ahí. Para un individuo, envejecer supone haber sobrevivido a
enfermedades, accidentes, etc. y debe sentirse afortunado y orgulloso por llegar a mayor.
➤ 3. La vejez puede ser una etapa de la vida tan
positiva como cualquier otra. Con los progresos de la ciencia y del
desarrollo económico y cultural, la vejez puede ser y es, cada vez más, una
etapa de la vida tan plena como cualquier otra: productiva, creativa,
afectiva y llena de relaciones sociales, de calidad de vida e independencia,
etc. Los estereotipos negativos que con tanta ligereza se hacen hacia los
mayores resultan muy inadecuados y no son ciertos.
➤ 4. No es justo que se fomenten temores y
sobresaltos en las personas mayores. Los españoles que llegan a la vejez se
merecen vivir sin sobresaltos. Han hecho méritos y esfuerzos para ello.
No parecen justos los mensajes frecuentes, emitidos por diferentes grupos,
referentes a la pérdida parcial de derechos adquiridos: pensiones y atención
sanitaria principalmente.
➤ 5. Tienen que desaparecer todas las formas de discriminación
por la edad. La edad no debe ser un factor de discriminación en los
aspectos educativos, laborales, asistenciales, etc. Así, no es de extrañar que
los malos tratos (por negligencia, explotación, psicológicos, etc.) se
produzcan en los mayores con mayor frecuencia que en ningún otro colectivo.
➤ 6. La dependencia no es consecuencia de la edad.
Las situaciones de incapacidad o dependencia son más frecuentes con la edad,
pero en modo alguno son una consecuencia de la misma. Se deben a problemas de salud.
Hoy, la ciencia nos dice que es posible disminuir la frecuencia e intensidad de
la dependencia y retrasar su aparición. Otros países ya lo están consiguiendo y
en el nuestro no estamos haciendo las cosas bien, ya que muchas situaciones de
dependencia nunca debieran haberse producido.
➤ 7. Es posible disminuir la frecuencia e
intensidad de la dependencia. La educación sanitaria, la prevención, el control
y adecuado manejo de las enfermedades y la recuperación de la función perdida
son las medidas necesarias para disminuir la dependencia. Con los recursos
sanitarios actuales que tiene nuestro país, es posible conseguir dichos
objetivos, siempre que se reorienten hacia la población envejecida que ahora
atienden.
➤ 8. La atención geriátrica es un derecho básico
al que, hoy en día, no tienen acceso la mayoría de las personas mayores cuando
lo necesitan. La ciencia ha demostrado que la Geriatría es una especialización
sanitaria eficiente e imprescindible para limitar la dependencia en su justa
medida, disminuir el sufrimiento y aumentar la calidad de vida de las personas
ancianas con problemas de salud más complejos. En nuestro país no está
garantizado el derecho a una atención específica a la salud de las personas
mayores contemplado en el artículo 50 en nuestra Constitución. No puede esperar
más tiempo.
➤ 9. Es necesaria una Ley de Dependencia justa y
que apoye a las familias. Cuando las situaciones de dependencia se
producen, es preciso ayudar a las familias en los cuidados, con la potenciación
domiciliaria en primer lugar, y con internamientos temporales o definitivos
cuando se requiera, en centros donde se garanticen los cuidados de calidad.
También en este aspecto en España estamos por debajo de la media europea. Una
ley justa, universal y equitativa sobre la dependencia es una necesidad
urgente.
➤ 10. No se debe relacionar vejez con terminalidad.
La vejez termina con la muerte. Pero también, a veces, la infancia, la juventud
y la madurez pueden terminar de la misma manera. No existen argumentos
científicos ni humanos para relacionar vejez con terminalidad, algo que, con
frecuencia, se transmite incluso desde ámbitos sanitarios. Otra cuestión son
los cuidados que se tienen que dar al final de la vida, que siempre son
complejos y difíciles, a los cuales da respuesta la Geriatría.
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