Comportamiento de las facultades mentales en los mayores
Demasiadas veces se relaciona la vejez con la pérdida de facultades mentales. Pero especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser así.
“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)
La regla de las 10.000 horas
Las 7 claves
de un cerebro joven
“Envejecer
es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André
Maurois)
Como no todo
el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el violín, vamos a
ver las claves para mantener el cerebro joven a cualquier edad.
1.
Ejercicio. Según los especialistas en terapias anti-edad, el
mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejoran el
ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien
irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son
esenciales para el pensamiento. Por tanto, el ejercicio suave suministra más
sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.
5. Dormir
suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes
de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de
los participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe
a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de
sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión “voy a
consultarlo con la almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.
Juegos para el
cerebro.
“nunca lamentes
que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio
2. Películas
3. Discos
Demasiadas veces se relaciona la vejez con la pérdida de facultades mentales. Pero especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser así.
Las monjas de
Mankato
“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)
En su manual Tu
cerebro más joven, Tony Buzan pone como ejemplo de longevidad intelectual
una comunidad de monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE UU) llamado
Mankato. Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento
cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una cuantas
centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.
Una monja de
esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista Life porque
impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana, Mary Esther Boor, no se jubiló
de su trabajo hasta los 99 años.
El profesor
David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó por qué entre estas
mujeres hay un índice de demencia senil y otras enfermedades mentales muy
inferior a la media. La respuesta es que las monjas de Mankato hacen todo lo
posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana.
Compiten en
concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus
publicaciones, dirigir seminarios y dar clases. Según Snowdon, el estímulo
diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la
edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculos. Estudiosos del
cerebro humano han demostrado que la red neuronal del cerebro nunca es la
misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad, fortalecemos unas conexiones a
la vez que debilitamos otras. Cada experiencia enciende su propio patrón de
neuronas, por lo que el mapa cerebral cambia sin cesar.
Ésa es la
buena noticia: puesto que el buen estado de los circuitos del cerebro depende
de lo que hacemos con él, podemos evitar la pérdida de facultades mentales
tonificando nuestra materia gris con retos y estímulos de calidad.
La regla de las 10.000 horas
“Lleva mucho
tiempo llegar a ser joven” (Pablo Picasso)
En un libro
del que se ha hablado mucho recientemente, Fueras de serie, Malcolm
Gladwell postula la regla de las 10.000 horas. Según las estadísticas recogidas
por el autor, es el tiempo que necesita aplicarse a una misma actividad
cualquier persona para alcanzar la maestría.
Contrariamente
a lo que se cree, el cerebro de un genio no es diferente del de alguien común y
corriente, tal como se comprobó en la disección del de Einstein. Todos tenemos
más talento para unas disciplinas que para otras, pero lo que distingue a la
persona brillante del resto son esas 10.000 horas que ha dedicado a una misma
cosa, sea el violín, la informática o la gestión de un negocio.
Esta regla
también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los neurólogos, cuando lo
mantenemos ocupado a través de la lectura, la creación artística o el juego,
aumenta la llamada memoria automática, que es la que nos permite hacer cosas
sin pensar en ellas.
Es el caso del
ajedrecista que, en los primeros compases de la partida, mueve sus piezas sin
tener que cavilar. O el de un pianista de nivel que interpreta una compleja
partitura mientras habla con alguien. Su esfuerzo y constancia les han
procurado un seguro de vida para sus facultades intelectuales, que operan
incluso sin que intervenga la conciencia.
Algunos
ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad fueron Miguel
Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los 89 años, hasta su último
día de vida. Goethe terminó su obra maestra Fausto a los 82 años.
Su secreto
tiene dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión.
Según el
divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo debería hacer para
que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:
2. Buena
alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes
–frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda a prevenir
el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro.
Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta,
diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo
también en el cerebro.
3. Aprender
siempre. Aunque nuestra materia gris empieza
a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la
agilidad. Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.
4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura "que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria". En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.
4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura "que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria". En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.
6. Reír.
El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que
nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a relativizar nuestras
preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle
7. Aprovechar
la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo
con millones de situaciones que nos proporcionan criterio.
Esta información podemos aprovecharla para
afrontar problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona
joven no está preparada.
“Los seres
humanos no dejan de jugar porque envejecen; y envejecen porque dejan de
jugar” (Oliver Wendell Holmes).
En las
farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro
músculo pensante, y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para
la vitalidad y gingko biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, la mayoría
de especialistas coinciden en que el juego
La terapeuta
Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas
actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal:
• Juegos de
mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas, incluyendo los
solitarios.
• Rompe
cabezas, mecanos y otros juegos de construcción.
• Crucigramas,
sudokus o cualquier pasatiempo.
Para los que se
aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es una excelente
manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica
ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas
gramaticales.
Por supuesto,
dos actividades como leer y escribir también resultan una gimnasia mental de
primer orden, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.
Una actitud
optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un
generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.
Alimentar la
curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace
falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida.
Como reza un proverbio
irlandés,
Para mantener
la mente fresca.
1. Libros
– ‘Tu cerebro
más joven’, Tony Buzan (Urano).
– ‘Fueras de
serie’, Malcolm Gladwell (Taurus).
– ‘Ahora o
nunca’, Rob Reiner (Warner Home).
– ‘Space
cowboys’, Clint Eastwood (Warner Home).
– ‘At my age’,
Nick Lowe (Proper Records).
– ‘Buena Vista
Social Club’, Ry Coder (World Circuit
La única forma
de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar.
Independientemente
de la edad, debemos vivir como si estuviéramos poniendo a prueba el mundo, es
decir, seguir siendo niños. Cuando observamos a grandes artistas como Matisse,
Picasso o Miró, entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en
su infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos.
Mantener la ilusión cada día y no renunciar a
los valores de la infancia es el elixir de la juventud.
También para
el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un viejo ya has perdido la
batalla. Por eso es bueno que los abuelos estén cerca de sus nietos y les
vean jugar e imaginar. Los niños son nuestros mejores maestros” (Gerard
Rosés, pintor).
"Nada
en esta vida es producto de la coincidencia o de la casualidad, lo que hagamos
en este mundo, mientras la materia del cuerpo tenga vida, tendrá repercusiones
en la eternidad de nuestro espíritu"
Naturalmente, más viejo eres cuanto más te abandonas y si las facultades físicas se pueden deteriorar con la edad, no así las intelectuales y mentales si eres capaz de ejercitarlas continuamente.
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