¿SUFRES OLVIDOS?
Yo ya no me acuerdo si los sufro
Yo ya no me acuerdo si los sufro
¿Cómo se
llama esa película en la que sale esta artista que es guapísima, muy linda?...
¡Sí, hombre!, la alta, de pelo chino, que salió alguna vez con este actor maravilloso
que se llama …, que salió en una obra de teatro muy famosa ….¿ya sabes cuál
digo, no?
ASÍ COMENZAMOS
A partir
de los treinta años, por lo general, empiezas a notar que tienes pequeños
olvidos:
•
¿Cómo se llama este hombre? Lo conozco muy
bien.
•
¿A qué hora era la cita, a las 5:00 ó 5:30?
•
¿Esto cómo me dijeron que funcionaba?
•
Mis llaves. ¿dónde las dejé?
•
¿En qué piso me aparqué?
Pero
nada como cuando exclamamos
¡Me robaron el coche!, sin darnos cuenta de
que salimos por la puerta equivocada del centro comercial.
Aunque
estos pequeños olvidos no afectan nuestra vida, nos producen ansiedad.
Con
terror, pensamos que el cerebro empieza a convertirse en gelatina y nos
preocupa quedar como la tía Anastasia , que recuerda con lujo de detalles todo
acerca de su niñez, pero no puede acordarse de lo qué hizo ayer o esta misma
mañana.
Si esto
te suena familiar, no te preocupes, hay esperanza.
Existen
muchos mitos en los que las personas equivocadamente relacionamos la edad con
la falta de memoria.
Los
neurocientíficos han comprobado que:
La
pérdida de memoria de corto plazo no se debe a la edad o a que las neuronas se
mueran y no se regeneren, sino a la reducción del número de conexiones
entre sí de las neuronas o dentritas (ramas de las neuronas)
Esto
sucede por una sencilla razón: falta de uso. Es muy sencillo, así como se
atrofia un músculo sin uso, las dentritas también se atrofian si no se conectan
con frecuencia, y la habilidad del cerebro para meter nueva información se
reduce.
Es cierto, el ejercicio ayuda mucho a alertar
la mente; también hay vitaminas y medicinas que aumentan y fortalecen la
memoria.
Sin embargo,
nada como hacer que nuestro cerebro fabrique su propio alimento:
Las
neurotrofinas.
LAS NEUROTROFINAS
Son
moléculas que producen y secretan las células nerviosas, y actúan como alimento
para mantenerse saludables.
Entre
más activas estén las células del cerebro, más cantidad de neurotrofinas
producen y esto genera más conexiones entre las distintas áreas del cerebro.
¿QUÉ PODEMOS
HACER?
Lo que
necesitamos es hacer pilates con las neuronas:
•
estirarlas,
•
sorprenderlas,
•
sacarlas de su rutina,
• presentarles novedades inesperadas y
divertidas a través de las emociones, del olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído.
¿El
resultado? El cerebro se vuelve más flexible, más ágil y su capacidad de
memoria aumenta.
LAS ACTIVIDADES
RUTINARIAS SON INCONSCIENTES
Hacen
que el cerebro funcione en automático y requieren un mínimo de energía.
Las
experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya formadas.
No hay
producción de neurotrofinas.
ALGUNOS
EJERCICIOS QUE EXPANDEN SUSTANCIALMENTE LAS DENTRITAS Y LA PRODUCCIÓN DE
NEUROTROFINAS.
- Intenta, por lo menos, una vez por semana ducharte con los ojos cerrados. Sólo con el tacto, localiza las llaves, ajusta la temperatura del agua, busca el jabón, el champú o crema de afeitar. Verás cómo tus manos notarán texturas que nunca habías percibido.
- Utiliza la mano NO dominante. Come, escribe, abre la pasta, lávate los dientes, abre el cajón con la mano que más trabajo te cueste usar.
- Lee en voz alta. Se activan distintos circuitos que los que usas para leer en silencio.
- Cambia tus rutas toma diferentes caminos para ir al trabajo o a tu casa.
- Modifica tu rutina. Haz cosas diferentes. Sal, conoce y conversa con personas de diferentes edades, trabajos e ideologías. Experimenta lo inesperado. Usa las escaleras en lugar del ascensor. Sal al campo, camínalo, huélelo.
- Mejora la ubicación de algunas cosas. Al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa. Cambia, por ejemplo el lugar del bote de la basura; verás la cantidad de veces que arrojas el papel al viejo lugar.
- Aprende una habilidad. Cualquier cosa; puede ser fotografía, cocina, yoga, estudia un nuevo idioma. Si te gusta armar rompecabezas o coches tápate un ojo para que pierdas la percepción de la profundidad, por lo que el cerebro tendrá que confiar en otras vías.
- Identifica objetos como monedas. Pon en tu coche una taza con varias monedas diferentes y tenlas a la mano para que, mientras estás en el alto del semáforo, con los dedos trates de identificar la denominación de cada una.
¿Por qué
no abrimos la mente y probamos estos
ejercicios tan sencillos que, de acuerdo a los estudios de Neurobiología
del Duke University Medical Center, amplían nuestra memoria?
Con
suerte, nunca más volveremos a preguntar:
¿Dónde
dejé mis llaves?
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