La educación en España está regulada por un conjunto extenso y complejo de leyes y normativas que, no siempre, buscan garantizar la calidad y la igualdad en el acceso a la educación. Sin embargo, existe un debate constante sobre si hay un exceso de legislación en este ámbito. Los maestros no terminábamos de implantar las normas y metodologías de una ley cuando llegaba otra precipitadamente. En algunos momentos dudábamos cuál era la que regía ese año, pues se superponían en el tiempo
Tal situación dislocaba a padres, alumnos y maestros. Hacer programaciones era una labor ingrata y se daba más preferencia que enseñar. Objetivos con variada gama y nivel, conceptos, procedimientos, actitudes, criterios de evaluación y calificación etc.
Sirva como ejemplo cronológico las distintas leyes de educación de estos últimos años:
Ley General de Educación de 1970 del ministro Villar Palasí,.la popular E.G.B. Todos los maestros de mi época o generación vivimos el surgir de esa revolucionaria transformación progresiva de esa ley de educación, y digo revolucionaria porque aprendimos y aplicamos las matemáticas modernas, aquellas de conjuntos, de diagramas de Venn, uniones, intersecciones, aplicaciones. Primaba en este sistema el desarrollo de las capacidades de raciocinio, pero después se comprobó, poco útiles para comprar y vender en las tiendas y echar las cuentas de la vida diaria..
Después de aquella revolucionaria ley vinieron otras: La LOECE (1980) del ministro Otero Novas. La LODE (1985) del ministro José María Maravall. La LOGSE (1990) del ministro Javier Solana. la LOPEG (1995) del ministro Gustavo Suarez Pertierra. La LOCE (2002) de la ministra Pilar del Castillo. La LOE (2006) de la ministra María José Segundo. La LOMCE (2013) del ministro José Ignacio Wert y la LOMLOE (2020) de la ministra Isabel Celá. Y así continuaremos. Las tres últimas no me han afectado por jubilación.
Todos estos cambios, con tanta frecuencia, no beneficiaron mucho a la enseñanza, casi todos motivados por un interés político. Si cambiaba el partido político que gobernaba, había que justificarse con una nueva ley, y así cada 4 ó 5 años aparecía una nueva ley de educación. Hubiera sido más conveniente haber valorado cada reforma educativa en un tiempo prudencial y corregir los fallos detectados antes que promulgar una nueva. Los políticos de uno y otro bando anteponen motivos electorales antes que el beneficio a la educación. Sería conveniente consensuar entre partidos para llegar a pactos de estado que beneficiaran el bien común de la ciudadanía. Con la educación no se juega.
El informe “PISA” es una
evaluación trienal realizada por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE). En el último informe España no ha salido muy bien
valorada. Este informe mide el rendimiento de los estudiantes de 15 años en
tres áreas clave: lectura, matemáticas y ciencias. Una de las críticas más
comunes es la frecuente modificación de leyes educativas con cada cambio de
gobierno. Esto genera inestabilidad en el sistema educativo y confusión entre
docentes, estudiantes y familias
Lo que no debe cambiar con ninguna ley es aprender a leer y escribir en
toda su extensión. Podíamos decir que
ambas son como una llave maestra que abre la puerta al conocimiento.
Leer con una dicción y entonación adecuada, comprendiendo cada expresión y
cada giro a través de comentarios de textos adaptados a los niveles
correspondientes. Decir lo mismo de diferentes maneras, sustituir por
sinónimos, buscar antónimos. Trabajar los textos para sacar el grano de la paja,
en una palabra, resumir captando el mensaje de lo que leemos. Hay que potenciar
en el niño el comprender lo que lee y que sepa expresarse tanto oral como por
escrito.
Los primeros cursos de Educación Primaria deben servir para construir los
cimientos sólidos de futuros aprendizajes. No hay que inventarse tantos
términos y sí profundizar en la práctica de lo fundamental.
Conclusión:
La educación en España tiene varios retos y desafíos significativos que superar, como los
resultados académicos por debajo de la media de la OCDE, la alta tasa de
abandono escolar y las desigualdades socioeconómicas y regionales. La
percepción pública es en general positiva respecto al profesorado. Sería beneficioso
enfocar esfuerzos en la reducción de desigualdades, potenciar la Formación
Profesional, así como innovación pedagógica y la formación continua de los
docentes.
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